martes, 2 de octubre de 2012


Contigo.

Tal vez tu y yo estuviésemos hechos el uno para el otro, no somos iguales, pero está claro que cuando estamos juntos todo cambia.
Empiezo a pensar que todos los caminos me llevan a ti, pretendo que mi subconsciente crea que no te necesito, pretendo olvidarte, pero entonces cada beso, cada mirada, cada palabra hace que irremediablemente sonría y recuerde todo por lo que hemos pasado.
El primer día no tenía muy claro que impresión tenía de ti, apenas podía mirarte, ¡Que alto eres!, pero... ese primer beso minutos antes de comenzar a llover encendió algo en mí.
Esos días tumbados juntos, abrazados, hablando y sin hablar, bromeando... han sido increíbles.
Contigo todo es fácil y difícil, eres imprevisible, nunca sé lo que vas a hacer, y eso en el fondo me gusta.
No soy perfecta, pero te juro que cuando me besas algo cambia dentro de mi, no siento mariposas en el estómago, siento algo más fuerte, que no puedo controlar, que se expande dentro de mi, que me hace dejar de pensar, que me hace sentir, sentirme viva.
He aprendido que cuando el amor llega no hay reglas, se van, todas...
Déjame hacerte feliz, déjame intentarlo, déjame quererte, déjame ser la que te de un beso de buenos días, otro de buenas tardes y mil y uno de buenas noches, déjame ser la única, déjame ser la que se ponga de puntillas para besarte.
Dame un minuto para contarte todos los motivos por los cuales tu y yo deberíamos estar juntos, que no son pocos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario